Más de 43 millones de personas de Etiopía, Kenia y Somalia siguen sufriendo una de las peores sequías de la historia reciente, causada por cinco temporadas consecutivas de escasas lluvias.
El acto de compromiso fue convocado por la ONU e Italia, Qatar, Reino Unido y Estados Unidos, en colaboración con los tres países afectados.
Durante su discurso, António Guterres instó a actuar “para evitar que la crisis se convierta en catástrofe”. “Actuemos juntos ahora, con mayor urgencia y mucho más apoyo”, declaró. El Secretario General aseguró que “la acción marcará la diferencia”. El año pasado, los donantes prestaron ayuda vital a 20 millones de personas y contribuyeron a evitar una hambruna.
En este sentido, Guterres pidió un mayor apoyo a los planes humanitarios para la región, que en la actualidad están financiados en menos de un 20%. “Esto es inaceptable”, dijo, y advirtió que, sin una inyección financiera inmediata, “las operaciones de emergencia se paralizarán y la gente morirá”.