Pese a las graves acusaciones contra los grupos paramilitares estadunidenses, que patrullan la frontera con México para “protegerla” de migrantes sin documentos y de lo que llaman vagamente como “el cártel”, los republicanos que dominan la Casa de Representantes de Texas presentaron una iniciativa de ley para crear un nuevo cuerpo policial, denominado Unidad de Protección de la Frontera, que le dará al gobernador la facultad de incorporar a civiles miembros de esas organizaciones y dotarlos de poderes para ejecutar arrestos.
En caso de que la propuesta sea aprobada, los demócratas se verán en un dilema, o se resignan a aceptarla o la denunciarán como anticonstitucional ante una Suprema Corte de Justicia en la que, a partir de nombramientos hechos por Donald Trump, el bando conservador está en evidente ventaja, con seis jueces contra tres del bloque progresista, y el fallo seguramente será a favor de los republicanos.
Tal decisión tendrá consecuencias todavía más amplias, pues los republicanos insisten en revertir la jurisprudencia previa que le da al gobierno federal la responsabilidad exclusiva de guardar las fronteras internacionales, mientras que ellos pretenden que sea compartida con autoridades estatales.