Estados Unidos inculpó ayer a cuatro de “Los Chapitos”, hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, por tráfico de fentanilo, así como a proveedores chinos de precursores químicos necesarios para fabricar este opioide y a la intermediaria guatemalteca Ana Gabriela Rubio Zea, entre otras personas e instituciones relacionadas con el cártel de Sinaloa para el trasiego de drogas con este precursor.
“El Departamento de Justicia ataca todos los aspectos de las operaciones del cártel” de Sinaloa, informó el fiscal general, Merrick Garland, en conferencia de prensa, en la que dio cuenta de medidas contra “la mayor, la más violenta y la más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo.
Lo anterior fue anunciado un día después de que delegaciones de alto nivel de los gobiernos de México y Estados Unidos acordaran combatir el tráfico de fentanilo y de armas en América del Norte, como parte del Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad binacional, que data de 2021.
Hasta el momento son 28 acusados, entre miembros del cártel de Sinaloa, proveedores en China de precursores químicos, a la empresaria Rubio Zea, con sede en Guatemala, quien compra estas sustancias en nombre del cártel, operadores de los laboratorios clandestinos en México donde se fabrica fentanilo, un proveedor de armas y varios implicados en lavado de dinero.
Las autoridades estadounidenses han informado que siete miembros de la red ya han sido detenidos en Colombia, Grecia, Guatemala y Estados Unidos, sin embargó la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), piensa que el cártel de Sinaloa y Los Chapitos son los principales responsables del fentanilo que “inunda” Estados Unidos.